6 meses en Copenhague (I)

“Cuando viajas, recuerda que un país extranjero no está diseñado para facilitarte la vida. Está diseñado para facilitarle la vida a su propia ciudadanía.”

Clifton Fadiman

Hace 6 meses que me instalé en Copenhague, por un tiempo indefinido. Salir a vivir fuera de tu país de origen es un reto aterrador y estimulante a la vez. Se trata de algo recomendable para cualquiera que desee madurar y disfrutar de una vivencia que te acompañará para siempre (y con suerte de forma positiva). En mi caso, he vuelto a estudiar para establecerme aquí después de terminar el programa, buscando trabajo en un campo (sostenibilidad y mitigación del cambio climático) que no está tan desarrollado en España, donde existen menos oportunidades laborales.

Durante estos meses he conocido, y sigo haciéndolo, la forma de vida danesa, más allá de los datos populares como que son uno de los países más felices del mundo según Naciones Unidas, se pagan unos impuestos altísimos, y siendo el país más sureño de Escandinavia, es un destino muy frío para la mayoría de visitantes.

A partir de aquí, te relato mi experiencia, intentando desenmascarar algunos de los prejuicios que existen sobre este país:

1. Impuestos y Estado de Bienestar. Lo que nos sorprende inicialmente a muchos son los altos impuestos en este país (entre el 37% y el 53% en Copenhague), pero ojo, se debe en parte a que Dinamarca ha tomado el Estado de Bienestar como bandera, y parte de la base que toda la ciudadanía ha de tener los mismos derechos y oportunidades, y mantener eso cuesta dinero.

Puede sonar a tópico, pero en este país es algo excepcional, y gran parte de la sociedad se enorgullece del Estado de Bienestar. He comprobado varios ejemplos sobre esto, que no había visto hasta ahora. Empiezo con la enseñanza superior (grados y másteres universitarios), que no solo es gratuita para los estudiantes daneses (también para los europeos que decidimos estudiar aquí), sino que ellos reciben una ayuda mensual solo por estudiar. Los estudiantes europeos podemos acceder a un sistema de ayudas a fondo perdido si trabajamos al mismo tiempo (en cualquier cosa), por 43 horas mensuales. Si estudias y trabajas los fines de semana, a final de mes recibes en torno a 600 € de tu pagador, más otros 600 € del Estado (estas cuantías pueden variar). Existen también otras ayudas, por ejemplo, para el alquiler. Suena bien, ¿verdad?

A nivel sanitario, el sistema público cubre todo tipo de tratamientos (similar a la que tenemos en España), y para las familias existe una ayuda de entre 600 y 375 € por hijo y trimestre hasta que cumpla los 15 años, y de 125 € al mes de los 15 a los 17. Además, las bajas de paternidad y maternidad pueden llegar combinadas a las 52 semanas.

En este sentido, me sorprendió ver como en clase había ya tres padres y madres (personas entre 27 y 24 años). Junto con las ayudas, la situación económica del país en general, la emancipación (a los 18 años la mayoría de gente abandona el nido), la seguridad y las posibilidades que se ofrecen a este respecto fomentan que los jóvenes formen una familia pronto.

Estado, estabilidad y ayudas, ¿qué consigue con esto? A nivel perceptivo, se crea una confianza sólida entre el Estado y la ciudadanía, y a pesar de la delincuencia, que desarrollaré en la próxima entrega. Dinamarca me ha parecido generalmente, una sociedad más educada y cívica que la española, y este bien puede ser uno de los factores. Ello puede contrastarse con números: un 32% de la ciudadanía danesa cuenta con estudios superiores (grado o superior), mientras en España ese mismo factor es del 26% según el último informe sobre educación de la OCDE.

Para terminar la sección, me viene a la cabeza algo que me comentó un buen amigo danés mientras charlábamos: “la mayor inversión del estado en Dinamarca son las personas.

2. El nivel y coste de vida. Viniendo de casi cualquier parte del mundo, todo aquí resulta anormalmente caro. El coste básico de vida (aquí no incluyo lujos, ni comprar esta u aquella camisa, nada por el estilo), sale por 800 – 900 € mensuales. Claro, luego hemos de tener en cuenta que el salario medio es de 56.499 € al año, mientras que en España es de 26.922 € al año. O que el paro es del 4,9%, mientras que en España es del 13,7% durante el mismo periodo (enero 2020).

Al principio, me dolía en el alma pagar 5 ó 6 € por una pinta de cerveza en un bar cualquiera, o que un corte de pelo cueste 40 € (menos en algunas peluquerías regentadas por inmigrantes cuesta 12€), pero uno se acostumbra, más teniendo en cuenta que teniendo cualquier trabajo siendo estudiante, junto con la ayuda del Estado, puedo cobrar más que lo que cobraba como ingeniero junior en Valencia. El salario por un puesto similar cuando termine el máster – cruzo dedos para conseguirlo – puede doblar mi salario anterior. En ese sentido, lo de que la vida sea cara o no, cambia de matiz.

Aún así, estudiar no es un camino de rosas, pese a que la educación sea gratuita. Igualmente has de trabajar al mismo tiempo para mantenerte o tener bastantes ahorros para sobrevivir. ¿Es esto mejor, o peor que en casa? Es diferente. Sí creo que fomenta más una madurez en la juventud, ya que a los 18 años lo normal es que te busques la vida, y ello pasa por la independencia económica (con o sin ayudas del Estado). De ahí a que tener niños a edades más jóvenes sea común, tanto por la situación económica del país como por la madurez emocional. No es un sitio fácil para los ninis o casapapis.

3. Cuidado del Medio Ambiente. Común a los países escandinavos, el cuidado y la protección del medio ambiente es otro de sus valores.La conciencia ambiental es aparentemente superior entre la ciudadanía a la de la mayoría países.

En cuanto al consumo de energía, un 32,9% de la que se consume en el país viene de fuentes renovables (datos de la Agencia Danesa de la Energía en 2018) y el porcentaje de generación renovable para electricidad es del 60% en 2015. Dinamarca es líder mundial en producción de energía eólica.  Ojo, que dentro del paquete de las energías verdes incluimos la biomasa, fuente de energía renovable que se emplea como sustituto del carbón, pero que genera emisiones de CO2. La huella de CO2 de los ciudadanos daneses se sitúa cercana algo por encima de la media mundial (5,9 toneladas de CO2 per cápita frente al 4,6 respetivamente, 2017).

Datos aparte, llama la atención el reciclaje y separación de residuos: hasta ahora no he conocido a nadie que no recicle, mientras en España tengo amigos que lo reconocen abiertamente. Hay contenedores para cada edificio, donde los vecinos depositan la basura para reciclar. Existe también, un pequeño recipiente para residuos orgánicos, y bolsas biodegradables que facilita el ayuntamiento de Copenhague. Aquí depositamos cáscaras de huevo, pieles de fruta y verdura, raspas de pescado y similares que posteriormente se emplean para hacer biogás. Este gesto no solo ayuda al problema de los residuos (Dinamarca apenas tiene vertederos) sino que hace partícipe a la ciudadanía: la correcta gestión de los residuos depende de nuestro gesto, de tirar la basura donde toca y de separar el orgánico, que nos volverá en forma de energía.

En la Universidad de Aalborg, donde estudio, existen eventos sobre sostenibilidad y cambio climático, que son promovidos tanto por la propia Universidad como por entidades estudiantiles. En algunos de estos eventos se recogen las propuestas de mejora de los estudiantes, y hace unos meses acudí a una donde presentamos la idea de eliminar totalmente los vasos de café desechables en la cafetería (sustituyéndolos por tazas de cerámica), así como implementar un sistema por el cual pueda comprarse una ración de comida más barata, a la hora de cierre de la cantina (existen algunas apps que se dedican a esto), evitando el malgasto. La Universidad implementó ambas iniciativas recientemente. Todo esto forma parte de varios factores: su mayor conciencia ambiental y la facilidad que se da a proponer ideas (relacionados con sus sistemas horizontales y no piramidales, que detallaré en la próxima entrega).

Sí, están más avanzados y comprometidos en cuanto a medioambiente y cambio climático, aunque siempre hay espacio para la mejora. Se trata de un tema de conversación recurrente, común en cualquier reunión entre amigos y más trascendental a colores políticos (en España, algún cabestro mononeuronal me ha criticado por defender la lucha contra el cambio climático y la ecología).

Finalmente, Dinamarca cuenta con un ambicioso plan para la expansión de las energías renovables, destacando su intención de cubrir el 100% de la demanda energética por estas fuentes de energía en 2050, así como no consumir combustibles fósiles para ese mismo año. Todo ello es motivo de satisfacción para la mayoría de la ciudadanía.

Hasta aquí la primera parte de esta serie. Dentro de un par de semanas, trataré otros aspectos como el carácter de los daneses o el famoso concepto del “hygge”. Si has estado en Dinamarca y tienes cualquier opinión, ¡no dudes en comentarla! Gracias por leerme.

Puedes leer más en los siguientes enlaces:

OECD (2019), Education at a Glance 2019: OECD Indicators, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/f8d7880d-en.

Denmark.dk. 2020. Pioneers In Clean Energy. [online] https://denmark.dk/innovation-and-design/clean-energy

Lifeindenmark.borger.dk. 2020. Family Benefits. [online] https://lifeindenmark.borger.dk/Coming-to-Denmark/Family-and-children/family-benefits.

Energistyrelsen. 2020. Annual And Monthly Statistics. [online] https://ens.dk/en/our-services/statistics-data-key-figures-and-energy-maps/annual-and-monthly-statistics

Denmark, D., 2020. Article: Landfilling In Denmark – Waste And Resource Network Denmark. [online] Waste and Resource Network Denmark. https://dakofa.com/element/landfilling-in-denmark/

Finansforbundet.dk. 2020. Rules On Maternity/Paternity. [online] https://www.finansforbundet.dk/en/rights-rules/Pages/Rulesonmaternitypaternity.aspx

Publicado por bueborvi

Ingeniero Industrial especializado en Energías y Sostenibilidad vivendo en Dinamarca. Me interesan las diferencias culturales, las tradiciones escandinavas y los viajes, y me motiva como vamos a afrontar el cambio climático, el sobreconsumo de recursos y la pérdida de biodiversidad.

Un comentario en “6 meses en Copenhague (I)

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: