Viaje Dinamarca – España (I): El tren, una experiencia nostálgica

Coincidiendo con el año Europeo del tren, estas Navidades emprendí el viaje de vuelta completo (el año pasado realicé solo la ida) desde Dinamarca a España en este modo de transporte, para vivir la experiencia de viajar en un modo de transporte que puede llegar a ser 7 veces menos contaminante (en cuanto a emisiones de CO2) que un vuelo en avión en función del trayecto.

El transporte de bienes y personas corresponde a un 24,6% de las emisiones de CO2 en la Europa de los 27, de este porcentaje, el 13,2% se debe al transporte en avión, 71,8% a los vehículos de combustión y el tren al 0,4% Así que decidí la opción más sostenible de entre todas estas (1). Las emisiones de CO2 asociadas a mi viaje en tren, de casi 2700 km, fueron de aproximadamente 75 kg, frente a los 325 kg que hubieran supuesto tomar un vuelo a casa, según datos del gobierno de Reino Unido (2).

Dejando de lado – por ahora – el asunto de las emisiones, los viajes largos en tren tienen un fondo especial, donde el trayecto en sí forma parte de la experiencia del viaje, algo que no se da cuando nos subimos a un avión. El tiempo dentro del tren puede emplearse de varias formas: por ejemplo, se puede sociabilizar en el vagón cafetería (más conveniente en tiempos prepandemia), y si tenemos un trabajo de oficina, se puede trabajar casi a la perfección desde el tren, siempre que llevemos nuestro ordenador o documentos.

Además, para alguien a quien le encantan los viajes, realizar dos o tres paradas de unas pocas horas en distintas ciudades europeas tiene un gran atractivo. ¿A quién no le gusta pasear por París un sábado por la mañana? En cuanto al tiempo del trayecto, en mi caso se ha tratado de un periodo de introspección y trabajo, así como una sucesión de paisajes y arquitecturas variadas que añaden a un ambiente muy propicio para leer o escribir.

El trayecto de ida fue: Copenhague – Hamburgo, Hamburgo – Duisburgo, Duisburgo – París, París – Barcelona y de Barcelona a mi pueblo en BlaBlaCar. Todo ello en unas 36 horas de viernes por la mañana a sábado por la tarde, pasando la noche del viernes en París. En Hamburgo, tras 5 horas de tren, tuve un hora y media de espera al siguiente, lo suficiente para dar un paseo por los alrededores de la estación, entrar en un mercado navideño a beberme una taza de vino caliente y comerme un bocadillo, que me alegraron la marcha y calentaron el cuerpo. En Duisburgo apenas tuve 40 minutos entre trenes, y ya llegué a París sobre las 21:30 de la noche, que aproveché para pegarme una ducha caliente y dormir en un Hotel. La mañana siguiente, pude dar un paseo por orillas del Sena y contemplar la Catedral de Nôtre Dame, que sigue siendo una estructura impresionante pese a que ha lucido mejores épocas. Marché para Barcelona a las 10:14, llegando a la ciudad condal 6 horas y media más tarde, y desde allí hasta casa otras tres horas en coche.

18 días más tardé emprendí el viaje de vuelta, que a priori iba a ser más entretenido, ya que por primera vez en mi vida iba a tomar un tren nocturno. Este itinerario fue: Barcelona – París, París – Mannheim, Mannheim – Hamburgo (nocturno) y Hamburgo – Copenhague al día siguiente por la mañana, y este viaje incluye una noche de hotel en Barcelona, sumando un total de 45 horas aproximadamente. Ahora, durante este viaje tuve un car de contratiempos que casi me hacen perder más de un tren, y aquí entra uno de los grandes inconvenientes que tienen estos viajes: la independencia de cada billete e inseguridad total del trayecto completo, en caso de que uno de ellos sea retrasado o cancelado.

El primer contratiempo se dio nada más empezar, ya que en la línea que me llevaba a Barcelona una de las estaciones sufrió un robo e incendio, que retrasó todo el trayecto entre esa vía (y así será durante un par de meses, según uno de los trabajadores de renfe). Por suerte pude tomar un autobús de repuesto a Castellón, y de ahí a Barcelona. El trayecto Barcelona – París transcurrió con normalidad, y tras dar un paseo y tomarme un té por la Bastilla, embarqué en el París – Mannheim. De Mannheim iba a tomar un tren nocturno (Nightjet) donde llegaría la mañana siguiente a Hamburgo, pero media hora antes de llegar a esa parada recibí un correo electrónico con la notificación que ese tren había sido cancelado.

Eran las 21:40 de la noche y al día siguiente temprano tenía que tomar mi último tren (Hamburgo – Copenhague), así que os podéis imaginar la sensación de caos que me invadió. En cualquier caso, pronto me centré y reprogramé mi viaje con los trenes que había disponibles, prolongando mi trayecto hasta Frankfurt y tomando otro tren hacia Hamburgo. Pese a no tener billetes para esa conexión, lógicamente me admitieron en él, aunque perdí mi cabina con cama individual y tuve que dormir a ratos en el asiento de un Intercity convencional durante la noche (Orfidal, ¡gracias!). En cualquier caso, solventé la jugada y llegué a Copenhague en el momento planeado desde el principio.

Estos fueron mis dos trayectos, de Dinamarca a España y viceversa, en Diciembre de 2021. Descubrí una forma de viajar más pausada, pensativa, sostenible, y a la vez insegura por momentos y bastante más cara que otros medios de transporte como el avión. Si os ha gustado y deseáis saber más, dadle a suscribir para o estad atentos al blog ya que en el siguiente artículo compararé al detalle cada uno de los aspectos de este viaje, especialmente costes, tiempos y emisiones.

Referencias:

(1) European Environmental Agency, 2020. Train or Plane? Transport and Environment Report 2020. Disponible aquí: https://www.eea.europa.eu/publications/transport-and-environment-report-2020

(2) Department for Business, Energy & Industrial Strategy, 2020. Greenhouse gas reporting: conversion factors 2020. Disponible en: https://www.gov.uk/government/publications/greenhouse-gas-reporting-conversion-factors-2020

Publicado por bueborvi

Ingeniero Industrial especializado en Energías y Sostenibilidad vivendo en Dinamarca. Me interesan las diferencias culturales, las tradiciones escandinavas y los viajes, y me motiva como vamos a afrontar el cambio climático, el sobreconsumo de recursos y la pérdida de biodiversidad.

Un comentario en “Viaje Dinamarca – España (I): El tren, una experiencia nostálgica

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: